Biografía
Enrique Valdepeñas Alonso desarrolla su actividad profesional en el sector audiovisual desde hace más de 30 años. Durante todo este tiempo combina trabajos de perfil técnico con otros exclusivamente creativos. Al igual que muchos compañeros de profesión, convierte su afición en su oficio, trabajando como freelance desde 1999,
tanto de fotógrafo como de director de fotografía.
Con estudio propio en Madrid, su especialidad es el retrato y la foto de producto, combinándolo con la fotografía de viajes, su otra pasión.
“En el estudio lo tienes todo controlado, puedes preparar las fotos con antelación, tienes tus herramientas. La fotografía de viajes es diferente, no sabes lo que te vas a encontrar, hay que estar muy atento, con la ventaja de que puedes conseguir instantes únicos, irrepetibles”.
Ha vivido la transición de la fotografía química a la digital, algo asumido con total naturalidad aunque ello le haya obligado a formarse constantemente.
“No siento ninguna añoranza por la ampliadora. Ahora los fotógrafos tenemos el control absoluto sobre la foto durante todo el proceso. Las cámaras, los objetivos, los flashes, todo es mucho mejor. Por si fuera poco, esto ha permitido que aflore mucho talento, gente que con un móvil, poco conocimiento y muy buen gusto hacen unas fotos impresionantes. Por contra, pienso que estas facilidades, tanto para hacer las fotos como para exhibirlas, han creado una cultura del atajo y hay quién se está perdiendo muchas cosas. Un conocimiento profundo del medio te permite sacar mucho más provecho a tus fotografías”
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También tiene la ocasión de desarrollar su faceta docente; tras el nacimiento de sus hijas, cambio de domicilio y las ganas de escapar de la vorágine del freelance 24/7, imparte varios master class en la prestigiosa escuela CEV de Madrid y funda la Escuela de Fotografía de Paracuellos de Jarama, su actual lugar de residencia, que estuvo
dirigiendo y en la que ejerció de profesor durante 9 años.
“Compartir lo que sabes, es maravilloso. De los más de 400 alumnos que pasaron por la escuela, sin duda, el que más aprendió fui yo”.
Obsesionado con la calidad, en sus fotos persigue siempre el máximo detalle y una fiel reproducción del color, las texturas y los volúmenes. Ha trabajado con equipos Nikon, Canon y Hasselblad aunque desde hace años sólo usa cámaras y objetivos Fuji.
“Me gusta fotografiar gente corriente y hacer que se sientan especiales. Cuando hago fotos de producto, quiero que el cliente final sienta que lo tiene delante, que lo puede tocar”.
